Celebrar a Elpidio Valdés es celebrarnos. En ese personaje, pilló manigüero de corbata azul, machete, sombrero de guano, y caballo anaranjado está la identidad de un país, su historia y, por si fuera poco, recuerdos hermosísimos de muchas generaciones.
Juan Padrón creó con él un símbolo de cubanía, que resume muchas de nuestras claves como pueblo: la inventiva, el valor, el orgullo, la tozudez, la gracia. Por eso, quienes crecimos con esos “muñequitos,” y aprendimos con ellos, más que con muchas clases de historia, a preciarnos del espíritu mambí, ansiamos que nuestros hijos tengan también un compay así.
No es tan fácil. Ya no los pasan tanto en la televisión y, debido a los años, la estética y los colores tienen poco que ver con la visualidad que los niños consumen a diario. Sin embargo, con un pequeño empujoncito, Elpidio los seduce de inmediato, los hace reír, y preguntarnos sobre este o más cual hecho.
“Mamá, ¿Elpidio existió de verdad?, ¿quiénes eran los mambises?, ¿por qué los españoles se querían quedar con Cuba?”
Hay que ver las caras que se les quedan a mis hijos, cuando mi esposo y yo empezamos a repetir de memoria los parlamentos completos; la misma de asombro de los niños que asistieron el lunes último al cumpleaños 55 de Elpidio Valdés, cuando vieron a sus padres participar en una competencia de frases del personaje, y librar una reñida batalla, cual si volvieran a la infancia.
La fiesta la organizó la Casa Editora Abril, cuya revista Pionero acogió las primeras historietas del que es, sin dudas, uno de nuestros héroes. Sabía que mis niños debían estar ahí, porque creo que Elpidio es una riqueza cubana que no pueden perderse.
Evidentemente, otras madres y otros padres piensan igual, porque el lugar se repletó: hubo dibujo, música, piñata, cakes, fotos, narración oral, competencias… todo alrededor del universo de Elpidio. Incluso, se realizaron demostraciones sobre los machetes que usaban los mambises y acerca de cómo se colaba el café, y se tomaba en jícaras.
Y también se vieron, por supuesto, algunos episodios. Todo conspiró para que grandes y pequeños disfrutaran, mientras se honraba nuestra cultura por medio de un símbolo que forma parte del patrimonio colectivo.
Elpidio lo merece, así como estar en todas partes, siempre al alcance de la niñez cubana. Mucho nos ha hecho sonreír, miles de veces más que los 55 años que ha cumplido; y a la par de reír, sentir y amar.
Elpidio Valdés es un pedazo luminoso de la Patria.
Más de 55 sonrisas para Elpidio Valdés
Un personaje que es identidad, recuerdo, país… celebró su cumpleaños...
en Exclusivo
09/08/2025
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