La Cumbre del G7, que reúne a las siete economías más industrializadas del mundo (Estados Unidos, Alemania, Francia, Reino Unido, Italia, Japón y Canadá, más la Unión Europea), suele ser objeto de críticas por su falta de representatividad, ineficacia en la resolución de problemas globales y su enfoque en intereses geopolíticos occidentales. A continuación, algunas de las principales críticas:
1. Falta de legitimidad y representatividad
El G7 es un grupo cerrado que excluye a países clave como China, India, Brasil y otras economías emergentes, que hoy tienen un peso crucial en la economía global. Esto lo convierte en un "club de ricos" que decide sobre temas que afectan a todo el mundo sin contar con voces diversas. Organismos como el G20 son más inclusivos, pero el G7 sigue actuando como si tuviera autoridad moral para imponer agendas.
2. Promesas incumplidas y ayuda condicionada
El G7 suele anunciar grandes compromisos (como financiamiento climático o ayuda a países pobres) que luego no se cumplen. Por ejemplo:
- En 2009, prometieron 100.000 millones de dólares anuales para financiamiento climático en países en desarrollo, pero hasta hoy no se ha cumplido plenamente.
- La ayuda a Ucrania y África suele venir con condiciones políticas y económicas que benefician más a las corporaciones occidentales que a las poblaciones afectadas.
3. Doble moral en política internacional
- Mientras condenan la posición de Rusia en el conflicto entre esa nación y Ucrania, ignoran o apoyan otras guerras y ocupaciones cuando les conviene (ej: apoyo de EE.UU. y aliados a la intervención en Yemen o la ocupación israelí en Palestina).
- Sanciones económicas que perjudican a poblaciones civiles (como las impuestas a Cuba, Venezuela o Irán) mientras mantienen relaciones comerciales con regímenes autoritarios aliados (Arabia Saudí, Egipto).
4. Capitalismo verde insuficiente
Aunque hablan de transición ecológica, sus políticas siguen favoreciendo a las grandes corporaciones energéticas. Por ejemplo:
- Subsidios a combustibles fósiles (EE.UU. y Alemania han aumentado su producción de gas y carbón en momentos de crisis).
- Acuerdos comerciales que priorizan el crecimiento económico sobre la sostenibilidad (ej: tratados que permiten a empresas demandar a Estados por leyes ambientales).
5. Crisis migratoria y fronteras selectivas
Mientras promueven la "solidaridad" con refugiados ucranianos, mantienen políticas xenófobas contra migrantes de África, Medio Oriente y América Latina:
- Externalización de fronteras (UE paga a Turquía y Libia para retener migrantes en condiciones inhumanas).
- EE.UU. y Canadá mantienen políticas de deportación masiva y muros fronterizos.
Conclusión
El G7 no es una solución real a los problemas globales, sino un espacio donde las potencias occidentales reafirman su agenda geopolítica bajo un discurso de cooperación. Mientras no incluyan a más actores globales y cumplan sus promesas, seguirá siendo visto como un mecanismo de dominación neocolonial más que como un foro de gobernanza justa.
¿Alternativas?
- Fortalecer espacios como la ONU o el G20.
- Exigir que los compromisos del G7 sean vinculantes, no solo declaraciones.
- Presionar para que países del Sur Global tengan voz en decisiones económicas y climáticas.
El mundo necesita menos cumbres de foto y más acciones concretas.
- Consulte además: Estados Unidos deja silla vacía en Cumbre del G7
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