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jueves, 6 de noviembre de 2025

Un balón y una Isla (+Video)

Futbol dentro de la cultura cubana...

Adrian Ordoñez Díaz en Exclusivo 19/10/2025
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Jornada del fútbol cubano
Jornada del fútbol cubano

A principios del siglo XX, el país se encontraba en una encrucijada cultural. Recién concluido el dominio español, experimentábamos una profunda transición, marcada por una creciente influencia anglosajona que reconfiguraba sus costumbres y pasatiempos.

En este escenario de cambio, un nuevo deporte comenzó a abrirse paso de manera incipiente: el fútbol, en una nación donde la pelota, ya se consolidaba con firmeza como el deporte rey y el pasatiempo nacional.

Pitido Inicial

Para comprender la génesis del fútbol en Cuba, es fundamental analizar el contexto sociocultural de la isla a inicios del siglo XX. Tras la intervención estadounidense de 1898, se tomaron medidas que buscaban modernizar la nación, lo que incluyó la prohibición de tradiciones hispanas arraigadas como las corridas de toros. Este vacío cultural fue rápidamente ocupado por la promoción de deportes al aire libre, consolidando al hoy deporte nacional y abriendo las puertas a nuevas prácticas deportivas.

El fútbol llegó a Cuba a través de dos vías principales, ambas de origen europeo:

• Marinos ingleses: Como principales divulgadores del deporte a nivel mundial, los marinos británicos que atracaban en los puertos cubanos jugaban al fútbol como una forma de recreación. Su presencia fue clave para la primera exposición de los cubanos al nuevo juego, tal como ocurrió en gran parte de América y zonas Europa.

• Inmigrantes españoles: Tras el fin de la colonia, las sociedades hispanas en Cuba buscaron restablecer y mantener su identidad cultural. Encontraron en el fútbol, un deporte que ganaba popularidad en España, un vehículo perfecto para ello. Estas asociaciones se convirtieron en los principales promotores y organizadores del balompié en sus primeras etapas.

A pesar de estas claras influencias, las fuentes históricas reconocen que los detalles sobre quién trajo el primer balón a la isla son inexactos. Lo que sí está documentado es el primer intento de formalizar su práctica con la creación de la Football Association de Cuba en 1907, un organismo fundado por un grupo de entusiastas entre los que destacaban Manolo Rodríguez y Raúl Lombardo (supuestos progenitores de este deporte en la Isla). Este hito sentó las bases para la organización de la disciplina y propició la fundación de los primeros clubes que darían vida a la incipiente escena futbolística cubana.

Los Clubes Pioneros

La fundación de los primeros clubes fue un paso estratégico para transformar la práctica esporádica del fútbol en una actividad organizada y con proyección. Estos equipos se convirtieron en los núcleos de difusión del deporte, estableciendo una rivalidad inicial que diferenciaba claramente a los clubes de origen criollo y español de aquellos conformados por británicos.

Los primeros clubes documentados que protagonizaron los albores del fútbol en la isla fueron:

• Sport Club Hatuey (1907): Reconocido como el primer club cubano de fútbol, estaba compuesto principalmente por jugadores cubanos y españoles, erigiéndose como la institución pionera que defendió la identidad local en el nuevo deporte.

• Rovers Athletic Club (fundado como Prado Football Club en 1909): Fue el principal rival del Hatuey. Estaba integrado en su mayoría por jugadores británicos (ingleses, escoceses, irlandeses y galeses) residentes en La Habana, representando a los introductores del juego.

El enfrentamiento entre estas dos instituciones dio lugar al que es reconocido oficialmente como el primer partido oficial de fútbol en Cuba. El histórico encuentro se celebró el 11 de diciembre de 1911 en el ya desaparecido Campo Palatino, ubicado en la barriada del Cerro. En un choque que representaba la pugna entre los originadores británicos del deporte y sus nuevos adoptantes criollo-hispanos, el Rovers Athletic Club se impuso por 1-0 sobre el Sport Club Hatuey. El único gol del partido fue anotado por el capitán del equipo británico, Jack C. Orr, quien pasó a la historia no solo como el autor del primer tanto oficial en el fútbol cubano, sino como la figura que simbólicamente "marcó" el primer punto de la historia insular.

Tras este partido inaugural, el fútbol experimentó una rápida expansión, impulsada mayoritariamente por la hegemonía de los clubes fundados por la inmigración española. Equipos como el Club Dep. Centro Gallego, el Iberia FootBall Club y la Juventud Asturiana no solo dominaron los primeros campeonatos, sino que también cimentaron una fuerte tradición hispana en el balompié habanero. Este auge inicial preparó el terreno para una inevitable competencia por la atención del público con el deporte ya consolidado en el corazón de los cubanos: el béisbol.

Bates vs Porterías

La historia del fútbol cubano no puede entenderse sin analizar su compleja y constante dinámica con el béisbol. Esta relación, definida como una pugna cultural entre "el balón y la pelota", ha marcado la trayectoria y la relevancia social del balompié en la isla desde sus inicios.

Un suceso significativo que evidencia el sorpresivo auge inicial del fútbol ocurrió en 1912, constituyendo un desafío simbólico al orden deportivo establecido. En ese año, los partidos de fútbol comenzaron a disputarse en el Almendares Park, considerado el "templo de la pelota cubana". La popularidad de estos encuentros fue tal que los juegos de béisbol tuvieron que ser trasladados al horario matutino para ceder el horario estelar de la tarde al fútbol. Esta breve insurrección deportiva representó una conquista temporal del terreno sagrado del béisbol, un testamento a la explosiva capacidad de atracción que el nuevo deporte demostró en sus primeros años.

Sin embargo, este éxito puntual no alteró la realidad cultural más profunda. La mayor afición de los cubanos seguía siendo por las ligas beisboleras, un sentimiento que consolidó al béisbol como el indiscutible deporte nacional y posteriormente patrimonio cultural de la nación.

Esta competencia inherente definió la trayectoria del fútbol en Cuba. Obligado a existir a la sombra de la pelota, el balompié encontró en los logros deportivos y la representación internacional una vía para consolidar su identidad y demostrar su valía.

Consolidación y Logros Internacionales

Durante las décadas de 1930 y 1940, el fútbol cubano alcanzó un período de madurez que le permitió trascender sus fronteras y cosechar resultados notables en la arena internacional.

Los logros más importantes de esta eran fueron:

1. Primer Gran Triunfo Regional: En 1930, la selección cubana demostró su consolidación al obtener la medalla de oro en los II Juegos Centroamericanos, imponiéndose a rivales de la región y estableciendo su presencia en el escenario deportivo continental.

2. Participación en la Copa del Mundo: El hito más destacado de la historia del fútbol cubano fue su única participación en una Copa del Mundo, la tercera edición celebrada en Francia en 1938. El equipo realizó una meritoria actuación, empatando 3-3 con Rumania en el primer partido y venciéndola 2-1 en el desempate. En la siguiente fase, fue eliminado al caer 8-0 ante el poderoso equipo de Suecia.

3. El Experimento Profesional: En abril de 1948 se realizó un intento por establecer una liga profesional con cuatro de los equipos más importantes de la época: Iberia, Puentes Grandes, Fortuna y Juventud Asturiana. Sin embargo, el proyecto fracasó después de solo seis años debido a la "falta de base y apoyo estatal".

Esta primera etapa de la historia del fútbol cubano dejó un legado de luces y sombras. Por un lado, demostró el potencial del deporte en la isla con logros internacionales de gran calibre; por otro, evidenció las debilidades estructurales y la falta de cohesión interna que limitarían su desarrollo a largo plazo.

El legado de estos pioneros es, por tanto, el origen de una paradoja que define el ADN del fútbol cubano: una historia caracterizada por momentos de sorprendente brillantez internacional que emergieron a pesar de, y quizás debido a, una constante lucha por la relevancia doméstica y la cohesión interna. Esta historia inicial sentó las bases de un carácter resiliente y prefiguró los desafíos que marcarían su desarrollo durante las décadas por venir.


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Adrian Ordoñez Díaz

Futuro periodista. Amante de la naturaleza, el deporte y Cuba


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