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domingo, 3 de agosto de 2025

Un legado de pesca y amistad por Cuba

La historia de la Marina Hemingway, va mucho más allá de la literatura, al involucrar la pesca deportiva, el turismo náutico y un encuentro histórico con el Comandante en Jefe Fidel Castro...

Maya Ivonne Quiroga Paneque en Exclusivo 22/07/2025
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Un legado de pesca y amistad por Cuba
Fidel Castro y Ernest Hemingway durante la premiación de la XI edición del Torneo Internacional de Pesca de la Aguja. Foto: Alberto Korda

Ernest Hemingway, el célebre escritor estadounidense y Premio Nobel de Literatura, mantuvo una profunda y apasionada relación con la Antilla Mayor y su mar, vínculo que se refleja en el Club Náutico Internacional Hemingway de Cuba, un espacio que lleva su nombre y que simboliza su legado en la isla.

La historia de la Marina, antes conocida como Barlovento, y su conexión con Hemingway, va mucho más allá de la literatura, al involucrar la pesca deportiva, el turismo náutico y un encuentro histórico con el Comandante en Jefe Fidel Castro.

 

Situada en las afueras de La Habana, la Marina Hemingway fue originalmente concebida como un residencial turístico, con planes para convertirse en un destino de lujo similar a Monte Carlo, con casinos y hoteles, que incluso se dice tenían entre sus inversionistas a figuras como Frank Sinatra. Sin embargo, tras el triunfo de la Revolución cubana y la muerte de Hemingway, el lugar fue renombrado en honor al escritor.

 

Hemingway y la pesca deportiva

 

El novelista y pescador vivió en Cuba durante 21 años, desde 1939 hasta 1960, en la famosa Finca Vigía, donde escribió algunas de sus novelas más importantes, incluyendo El viejo y el mar (1952), obra que refleja su amor por la naturaleza y la pesca en el Caribe.

 

Su vínculo con la pesca deportiva fue tan fuerte que se convirtió en miembro activo del Club Náutico de La Habana y vicepresidente de la Asociación Internacional de Pesca Deportiva (IGFA) desde 1940 hasta su muerte en 1961.

 

Uno de los legados más visibles de Hemingway en Cuba es el Torneo Internacional de Pesca de la Aguja, que existía antes de su llegada pero que desde 1950 pasó a llamarse oficialmente “Ernest Hemingway Marlin Fishing Contest”, mientras él aún vivía, lo cual desmiente la idea errónea de que el nombre se le impuso tras la Revolución o su fallecimiento.

 

 

Hemingway no solo participaba en la pesca, sino que también ayudó a redactar el reglamento del torneo, mostrando su compromiso con la promoción de la pesca recreativa como una forma de turismo saludable y sostenible en Cuba.

 

Un momento histórico que une a Hemingway con la Marina y la política cubana fue el encuentro entre el escritor y Fidel Castro el 15 de mayo de 1960, durante la XI edición del torneo. El escritor, ya enfermo, no participó como pescador pero sí entregó los trofeos, entre ellos al Comandante en Jefe, quien ganó algunos premios en categorías individuales.

 

Esta fue la única ocasión documentada en la que ambos se encontraron personalmente, un episodio que simboliza la amistad y el respeto mutuo entre dos figuras emblemáticas, y que tuvo lugar precisamente en la Marina Hemingway.

 

Las fotografías de esa jornada fueron captadas por los lentes de Raúl Corrales, Alberto Korda, Osvaldo Salas y un fotógrafo norteamericano que formaba parte de la asociación de la Sports Illustrated.

 

Un santuario del amor al mar y a la amistad

 

José Miguel Díaz Escrich, Comodoro del Club Náutico Internacional Hemingway de Cuba, destaca que el escritor es un símbolo no solo de amistad entre Cuba y Estados Unidos, sino también un pionero en el turismo náutico cubano.

 

Hemingway promovió la pesca recreativa como una alternativa sana al turismo tradicional, y su fascinación por la corriente del Golfo, a la que llamaba el “Gran Río Azul”, refleja su profundo amor por el mar que baña las costas cubanas.

 

Díaz Escrich subraya que este legado debe ser reconocido y estudiado más a fondo, no solo en términos literarios sino también en el ámbito marítimo y turístico: “Hay una pieza museal, un trofeo que le obsequió a Hemingway el Instituto Cubano del Turismo, en el año 1953, por su contribución al turismo”, asegura.

 

 

La Marina Hemingway, más que un puerto deportivo, es un santuario del amor al mar y a la amistad, un espacio que honra la memoria de Hemingway y su influencia en la cultura cubana y el turismo náutico.

 

Este lugar, junto con la Finca Vigía, conforma un recorrido imprescindible para quienes desean entender la vida, obra y pasión del escritor, y cómo su vínculo con Cuba trascendió la literatura para convertirse en un puente cultural y deportivo entre naciones.

 

El Dios de bronce de la literatura norteamericano dejó en la Isla un legado imborrable que se manifiesta en los textos que escribió, en el torneo de pesca que lleva su nombre y en la historia compartida con Fidel. Su amor por el mar sigue inspirando a pescadores, turistas y amantes de la naturaleza, a la par que mantiene viva la memoria de un hombre que se autotitulaba “un cubano sato”.

 

 


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Maya Ivonne Quiroga Paneque

Periodista, locutora, guionista y directora de radio y televisión

Se han publicado 1 comentarios


Javier Hernández Fernández
 24/7/25 3:07

Ernest Hemingway es el genio letras y mar.

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